No quiero nada

















Tirada en la cama, mi cuerpo inerte después de los besos, de la ansiedad por saborear cada parte de tu cuerpo. Eres mío, tú eres mío.
Me giro para ver tu rostro dormido, y me pregunto ¿y ahora qué?
Recojo mis cosas, me visto y salgo a trompicones de esa casa, que no era mía... cuando llego a mi casa y entro a mi habitacion, recordé que me había dejado una cosa.
¿Volveria a buscarlo o lo dejaría allí junto a ese cuerpo con el que me deslicé al extásis?

No quería volver a saber nada de él. Ya no era mío.

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